viernes, 2 de septiembre de 2011
Como hoy
Hay días, no siempre sólo a veces,en que me desconozco, encuentro extrañas mis manos miedosas, la voz apagada, no me quiero mirar al espejo ni reconocerme detrás de las lagrimas, no soy yo, soy otra, me cambiaron por un instante y quiero entonces desaparecer, volverme invisible, que una sensación de entumecimiento me llene toda la piel y así quedarme quieta, fría, que nadie pueda verme hasta que desaparezca el rencor, el odio, hasta que la tristeza se aleje y mis ojos retomen su órbita y mi buena consciencia despierte.
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